lunes, 15 de febrero de 2021

Centro Habana

¿EXISTIÓ EN CENTRO HABANA UNA CALLE NOMBRADA SANTA BÁRBARA?
Marcos A. Tamames Henderson


La interrogante la ofrece el Plano Pintoresco de La Habana con los
números de las casas, impreso por de B. May y Ca., en 1853, y emerge
del trabajo de tutoría del trabajo "La escultura a Fe del Valle.
Exponente de construcción conmemorativa en el Municipio Centro
Habana", realizado por Eva Laura Rodríguez Jaime, estudiante de 2do
año del perfil museología de la licenciatura en Conservación del
Patrimonio Cultural en la Universidad de las Artes y sus resultado
tributan a la asignatura Patrimonio Urbano que se imparte en este
centro académico.
Para la historia documental del Parque Fe del Valle, ubicado en
Galiano entre San Miguel y San Rafael, se consultó dicho plano y para
sorpresa nuestra el lateral norte del parque aparece delimitado por la
calle de Santa Bárbara, un eje que se extiende desde la calle Galiano
hasta el Paseo de Isabel II o del Pardo. La de San Miguel, por su
lado, tiene por límites, al este, la Calzada de Galiano y, al oeste,
la Calzada de Belascoaín de Gutiérrez.
Resulta interesante que en la historia de los nombres de las calles de
La Habana publicada por Emilio Roig en los Cuadernos de Historias
Habaneras no. 5, de 1936, como base de análisis para su denominación,
se constate los siguientes datos. 1) no se registra el topónimo Santa
Bárbara, 2) la calle Galiano tuvo su cierre en la calle de San Miguel
por una manzana de casas hasta 1842, 3) en la historia del eje San
Miguel no hay antecedentes de la fragmentación a la alude el plano
¿Debe considerase un error la información del Plano Pintoresco de La
Habana con los números de las casas? Desde una perspectiva científica
no ha de desestimarse tal información, por el contrario, bien valdría
la pena volver sobre los pasos del patrimonio documental atesorado en
archivos y bibliotecas en pos de corroborar cualquier hipótesis al
respecto.
Sí, estas son provocaciones de la historia de una ciudad y sus
habitantes. Es de patriota aceptar el desafío en aras de ahondar en la
identidad de centrohabanero.

domingo, 31 de enero de 2021

DEL CAMAGÜEY AL MARIANAO

HUELLAS PATRIMONIALES DEL ILUSTRE CUBANO MANUEL VARONA SUÁREZ
Marcos Antonio Tamames Henderson

Dentro de los ejes urbanos que mayores testimonios del pasado ofrece
El Camagüey Legendario se encuentra San Ramón (1), particularmente en
su paisaje arquitectónico, pues en él no solo puede encontrar el
forastero las vetustas fachadas en las que se combinan los primitivos
aleros de sardinel, tejaroz y tornapuntas, las pilastras truncadas
franqueando la entrada principal, el entresuelo encima del zaguán que
deviene balcón y los inevitables quicios o banquetas para acceder al
inmueble, sino también la coexistencia de pequeños colgadizos y
grandes casonas coloniales, un conjunto que hace de esta ciudad un
auténtico exponente de la diversidad cultural.
Pero la calle San Ramón contiene mucho más que un rico patrimonio
edificado. A las construcciones les acompañan tarjas, bustos y
esculturas que, desde la tipología "construcciones conmemorativas", se
erigen en exponentes patrimoniales con la función de "rememorar una
personalidad o un hecho histórico de relevancia nacional o local" (2).
Uno de esos exponentes, en excelente estado de conservación, tiene por
emplazamiento la fachada del inmueble sito en San Ramón no. 68
antiguo, actual Enrique José Norte no. 71, una tarja en la que reza el
siguiente texto:
EN ESTA CASA
NACIÓ EL DÍA 22 DE MAYO DE 1868
MANUEL VARONA SUÁREZ
MÉDICO EMINENTE Y POLÍTICO INSIGNE
QUE FUE HONRA DE CUBA Y ORGULLO
LEGÍTIMO DE CAMAGÜEY.
FALLECIÓ EN LA HABANA
EL DÍA 26 DE ABRIL DE 1928.
EL AYUNTAMIENTO DE CAMAGÜEY
ACORDÓ FIJAR ESTA LÁPIDA
COMO TRIBUTO A SU MEMORIA
ESCLARECIDA

¿Pero, son las construcciones conmemorativas solo expresión de
homenaje a pasajes del pasado? Si bien es cierto que en el tiempo
histórico abordado encuentran estas obras la motivación esencial, la
de inmortalizar la significación de la personalidad o el
acontecimiento; lo cierto es que su presente atesora y revela una
potencialidad documental que no debe pasar inadvertida en su
aproximación o disfrute, en tanto representan anhelos, sueños y
aspiraciones de la generación que las crea. El diseño, los materiales
y técnicas empleadas en su elaboración y el sistema sígnico que las
acompaña, son apenas algunos de los elementos a los que hay que mirar,
e interpretar, en aras de comprender sus valores patrimoniales. Se
suma a ello un tercer tiempo: el presente del receptor de la obra,
quien la saboreará a plenitud si logra aprehender la información que
atesora, y eso es solo posible interrogando una y otra vez la pieza en
cuestión. Es así como, en resumen, las construcciones conmemorativas
conectan, de forma continua, pasado, presente y futuro.
La referida tarja ha sido realizada en bronce y estilísticamente reina
un notable clasicismo en su lenguaje si se asume que los detalles
decorativos que acompañan el retrato del homenajeado terminan por
otorgar simbólica admiración, respeto, nobleza y dignidad a la manera
en que se premiaban los héroes romanos. ¿Qué intenciones se develan a
partir de un análisis e interpretación de su texto?
Se distingue el él, en primer orden, el reconocimiento del antiguo
inmueble de San Ramón no. 63, hoy no. 71, como un sitio histórico, al
señalar el lugar como casa natal de Manuel Varona Suárez, a quien
registra como médico eminente y político insigne que fue "honra de
Cuba y orgullo de Camagüey", palabras que aúnan en una frase las
categorías: monumento nacional y monumento local, ambos en igualdad de
condiciones si se aplica el principio matemático de que el orden de
los factores no altera el producto, al tiempo que, los sutilmente
adjetivados nombres de los respectivos núcleos urbanos, ofrecen
significaciones particulares a cada uno de esos ámbitos. Por un lado,
las consideraciones y respeto de las que goza ante el mundo el
cientista y político; por otro, el sentimiento de satisfacción entre
los camagüeyanos a causa del meritorio lugar alcanzado por uno de los
hijos de esta comarca.
En segundo orden el texto describe su fallecimiento en La Habana, el
26 de abril de 1928, hecho que rememora la de los ilustres
camagüeyanos Salvador Cisneros Betancourt (en 1914) y Enrique José
Varona (en 1933), entre otros; e indica que ha sido el Ayuntamiento de
la localidad el promotor de esta obra y como motivación, brindar
"tributo a su memoria esclarecida". ¿Qué acciones sirvieron de base a
los miembros de la administración municipal del Camagüey para esta
valoración? ¿Reconocen los camagüeyanos del siglo XXI en Manuel Varona
Suárez a uno de sus ilustres conciudadanos?
Una pesquisa de información sobre la vida y obra del camagüeyano
Manuel Varona y Suárez lo revelan como una de las personalidades
cubanas olvidadas o pocas visibilizadas en la historia de la nación.
Las fuentes disponibles en la red digital son prácticamente nula y la
consulta a especialistas de la historia local arroja el mismo
resultado. La "construcción conmemorativa" invita pues, a desentrañar
semejante amnesia, y los méritos citados en la traja: "médico
eminente" y "político insigne", son los posibles senderos para un
comienzo.
Una información en la que puede encontrar aval el proyecto de esta
tarja, a la que llaman lápida, en su connotación nacional podría estar
en el desempeño de Varona Suárez como alcalde de La Habana a partir
del 30 de diciembre de 1919, cargo que ocupa en sustitución del
general Fernando Freyre de Andrade, quien cumpliera con el juramento
desde el 1ro de diciembre de 1912. De la presencia de no habaneros en
este cargo recuérdese que el primer alcalde de La Habana por sufragio
universal fue el espirituano Alejandro Rodríguez, mayor general del
Ejército Libertador, quien lo desempeñó entre el 16 de junio de 1900 y
el 5 de abril de 1901 (3). Sobre la obra realizada por el camagüeyano,
e incluso sobre el período que desempeña esas funciones habrá que
indagar en algún momento.
En el ámbito local, el fundamento puede estar en la labor de Varona
Suárez en el campo de la medicina y su accionar en el universo de la
sanidad tan en auge en el siglo XIX. Aunque con origen nacional y
repercusión internacional tributa a ello el apoyo y colaboración de
Varona Suárez a su compatriota Carlos J. Finlay y un ejemplo de ello
sería la introducción que hace a la obra publicada por Span & Eng para
el Ministerio de Salubridad y Asistencia Social en La Habana: Trabajos
seleccionados del Dr. Carlos J. Finlay (1902). Como se sabe el
Ayuntamiento de Camagüey siguió con orgullo la obra de Finlay lo que
le conllevó a designar a uno de sus miembros, el Dr. Eugenio Sánchez
Agramonte, para que le representara en el acto de entrega de la
medalla Mary Kingsley al sabio cubano en 1907, a lo que añadió "la
adquisición de un buen retrato del Dr. Finlay para el salón de
sesiones del Ayuntamiento" (4).
Súmase a ello, sin que se cuente con detalles precisos (se desconoce
el año y la obra presentada), el premio que recibiera Varona Suárez
por sus aportes al tema de la "Sanidad" en el Congreso de Barcelona,
acontecimiento que informa la imagen que de él integra la serie
Galería de Cubanos Ilustres publicada por la compañía de Cigarros
Cabañas en el segundo cuarto del siglo que atesora la Universidad del
Sur de la Florida, en Tampa. ¿En lo político qué refiere Camagüey?
La obra política tiene por escenario la capital de la Isla, y será en
este territorio donde encontrar créditos para su consideración como
"político insigne". Un referente inicial al hurgar en la huella que
dejara en La Habana sería la inscripción de su defunción en el libro
12 de la parroquia de San Francisco Javier de los Quemados de
Marianao:
El día veintisiete de abril de mil novecientos veintiocho Yo, Pbro.
Dr. Belarmino García Feíto, Cura Párroco de esta Iglesia Parroquial y
Vicaria Foránea de San Francisco Javier de los Quemados de Marianao,
provincia y Archidiócesis de la Habana; hice las exequias según
dispone el Ritual Romano y mande dar sepultura Ecca. en el Cementerio
de Cristóbal Colón de la Habana, al cadáver de Manuel Varona Suarez
natural de Camagüey y vecino de Finca "Adelita", la Lisa; de cincuenta
y nueve años de edad, de la raza blanca, de estado viudo, hijo de
Manuel y Adela, que falleció a la mañana del día de ayer a
consecuencia de cáncer según consta de la carta oficio que se me
exhibió. Y para que conste lo firmo, fecha ut supra. B. García (5).
Se constata en el prístino documento la fecha de muerte, en esta
ocasión en función de su sepultura, su origen, nombre de los padres y
causa de la muerte, así como la última residencia y el lugar en el que
descansan sus restos. Confirma su morada el Directorio de Cuba 1927,
cuando en la página 1272, lo ubica en condición de Senador de la
República, residente en la céntrica Calzada Máximo Gómez (actual Ave.
51) entre las Calles Carmen (hoy Calle 162) y Callejón de Coca
(actual Calle 170) en el barrio de La Lisa (6); ¿sitio en que se
encuentra la referida Finca "Adelita"? ¿Ha rendido el propietario
homenaje a su madre en el bautizo de la finca?
Entre los 8,164 registros del citado Directorio, Varona Suárez no
cuenta entre los 73 médicos que viven en Marianao, en su lugar resulta
ser el único senador de la República con residencia en el rico
municipio (7), aunque le acompañan en la localidad los representantes
a la Cámara Pastor del Río, Elpidio Pérez, Rogelio Albert Aroix y
Antonio Ruiz Fuente, los dos primeros en el reparto La Sierra; el
tercero, en Kohly y; el cuarto, en el tradicional Marianao,
precisamente en Ave. Columbia (Calle 100) e/ Infanta (Ave. 43) y
Steinhart (Ave. 45) (8). Vive también en Marianao, en el modernísimo
Country Club Park, Carlos de la Rosa Hernández, Vicepresidente de la
República (9).
Los planos y mapas depositados en el archivo de la Dirección Municipal
de Planificación Física de Marianao muestran que entre 1911 y 1912 el
camagüeyano Manuel Varona Suárez ha ingresado al complejo asunto de la
patrimonialización, pues por acuerdo del Ayuntamiento su nombre ha
sido colocado a una de las calles del barrio obrero "Pogolotti",
conocido así popularmente por el apellido del propietario de los
terrenos en que se realizó esa urbanización. Es este el primer barrio
obrero del que se tiene noticia en Cuba, y fue el resultado de un
proyecto de Ley presentado por Luis Valdés Carrero aprobado por el
Presidente de la República en julio de 1910. Se trata de un conjunto
urbano que por acuerdo del Ayuntamiento de 9 de enero de 1911 pasó a
denominarse Redención, pues en opinión de los concejales que hacen la
propuesta era esta una "palabra de intensa significación para una
clase ya merecedora de apoyo y que ha sido hasta ahora tan poco
atendida" (10).
Corrobora el uso del topónimo las solicitudes de licencia de
construcción entre las que se encuentra en acta de la sesión del 30 de
noviembre de 1912, en la que Juan Martínez Peñalver solicita licencia
para construir una casa de ladrillo y azotea en el solar no. 43 de la
calle Manuel Varona de la Finca San José (11), nombre original del
espacio.
Pero, ¿qué razones sirven de base para este homenaje? Por los propios
orígenes del barrio se ha de inferir que aquí están los valores del
"político insigne", máxime si se conoce que en julio de 1910, en
coautoría con Manuel Sanguily, la librería e imprenta La Moderna
Poesía publica su texto Protesta de los liberarles de el Vedado entre
los liberales de la Habana. Manuel Sanguily, y el general Quintín
Banderas fueron los primeros patriotas en compartir saludos con el
general Máximo Gómez en la Estación de Samá el 23 de febrero, en
víspera de entrar a la capital frente al Ejercito Libertador.
Por otro lado, la aproximación a las catas capitulares del
Ayuntamiento de Marianao tras una comprensión del homenaje a Varona
Suárez en el urbanismo de Pogolotti indica que se ha hecho tradicional
este tipo de tributo a quienes de manera directa participan en el
fomento y progreso de un barrio, municipio o territorio en cuestión,
por ejemplo en sesión del 19 de febrero de 1921 el concejal Pablo
Calzadilla, "quien siempre se ha ocupado de laborar en todo aspecto
por el mejoramiento de Pogolotti", ampara la propuesta de colocar a
dos calles de Pogolotti los nombres Francisco Sánchez y Dr. Gerardo
Rodríguez de Armas presentándola "como homenaje cariñoso a la memoria
de dos hombres que coadyuvaron al triunfo de la ley de Alcantarillado
y que en muchos aspectos tendieron al progreso y mejoramiento de la
población referida" (12).
No se ha localizado en las actas capitulares la propuesta y aprobación
del nombre Manuel Varona Suárez a una calle en Pogolotti, pero el
hecho de que aparezca en plano diseñado para su fundación (13) lo
coloca, junto a Luis Valdés Carrero, entre los primeros protagonistas
de la obra; de ahí la directa conexión a la Calzada Real o Avenida
Máximo Gómez del eje en se le recuerda. Así, Varona Suárez (actual
Ave. 57) devino un topónimo que se acompañó con el tiempo, en sus
calles paralelas, con los de Diego Guevara (51A), el referido G. R.
Armas (53A), 10 de Octubre (55A), Antonio Maceo (57A), Rafael Martínez
Ortiz (59) y Luis Valdés Carrero y, entre las perpendiculares, José
Miguel Gómez (Calle 92), Pablo Calzadilla (92A), Congreso (92D),
Coronel Iribarren (92D), Carlos Manuel de Céspedes (94) e Ignacio
Agramonte (94A), entre otros
El resultado es la presencia de personalidades de la historia patria,
de diferentes generaciones de cubanos en la que convergen
independentistas del 68 con protagonistas de luchas posteriores. Se
trata de la expresión de uno de los polémicos asuntos tratados por los
miembros del Ayuntamiento en los municipios de toda la Isla durante
todo el período republicano. El alcalde de La Habana, Dr. Fernando
Freyre de Andrade, el 21 de febrero de 1913 indicaba, por ejemplo, la
conveniencia de que los nombres de patriotas y personalidades
nacionales se diesen a calles nuevas, pero "se oponía a que, aun
tratándose de calles nuevas, éstas recibiesen el nombre de políticos
militantes, de personas vivas, por considerarlo obra efímera,
inconsulta y poco recomendable" (14).
Utilísimo para una valoración política de Manuel Varona Suárez seria
el análisis y valoración de su obra: Discursos pronunciados por el
senador del Partido Liberal Manuel Varona Suárez, impreso por Maza,
Caso y Cía., en la Habana en 1924. Por lo pronto recordemos algunos de
los nombres que militaron en él, particularmente algunos de los que
inciden en la región marianense entre 1904 y 1916: Julio Valdés
Infante, Arturo R. Carricarte, Macario Silverio, Manuel Pacheco, los
generales Faustino Guerra, Enrique Loynaz del Castillo, Ernesto
Asbert, Dionisio Arencibia y Baldomero Acosta, Julio Rodríguez, Juan J
Herrera Márquez, Manuel Reyes López, Alberto Lombard, Diego González y
Victorio García.
Motivado por una tarja ubicada en la fachada del inmueble no 71 de la
calle San Ramón, un exponente del patrimonio cultural que se inscribe
en la tipología de las construcciones conmemorativa, es posible "un
asomo" a Manuel Varona Suárez, sin lugar a dudas una ilustre figura
del Camagüey, de Marianao, de…, de la historia de Cuba.

Citas y notas:
1.- A propuesta de varios vecinos de esta calle el Ayuntamiento, en
sesión del 30 de enero de 1899, moderniza su nombre y se le llama
Enrique José Varona (Puerto Príncipe, 1949 - La Habana, 1933),
"notable lingüista, profundo filósofo, sabio, erudito, pertenecía a
varias corporaciones científicas y literarias, era individuo de número
de la Academia de la Historia de Cuba y Presidente de Honor de la
misma, Presidente de la Academia de la Lengua". Archivo Histórico de
Camagüey, Juárez Cano, Biografías, "V", p. 77. Apud. Marcos Tamames
Henderson: "106. Calle San Ramón, Enrique José Varona", p. 200 en su
Calles y Callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia, Ed.
Ácana, 2016.
2.- Gaceta Oficial de la República de Cuba, 77(40):449, La Habana,
martes 18 de diciembre de 1979.
3.- "Alcaldes habaneros", Cubadebate.
http:www.cubadebate.cu/especiales/2019/08/31alcaldes-habaneros. Otras
fuentes indican que Varona Suárez fue designado alcalde de La Habana
el 30 de diciembre de 1916, y en ninguno de los casos se ofrece la
fecha que finaliza sus funciones. V.: "Alcaldes de La Habana. El
Ayuntamiento de La Habana" en, La Habana. Ciudades, Pueblos y Lugares
de Cuba", http:
www.guije.com/pueblo/municipios/habana/historica/apendice/index.htm.
4.- Marcos Tamames Henderson: Calles y callejones de Camagüey. Entre
la leyenda y la historia, p. 34, Ed. Ácana, Camagüey, 2016.
5.- Iglesia San Francisco Xavier, Archivo Parroquial, Libro de
defunciones, Libro 12, p. 344, No. 687: Manuel Varona Suárez.
6.- Directorio de Cuba 1927, p. 1272, Editorial Scneer, La Habana, 1927
7.- Debe entenderse que se trata del Gran Marianao, de ese extenso
territorio que tras el río Almendares devino en la tercera ciudad de
la Isla de Cuba en la primera mitad del siglo XX.
8.- Pastor del Río radica en Calle C e/ 12 y 24 y Elpidio Pérez en
Calle 1 e/ 4 y 6, en el Reparto La Sierra. Rogelio Albert Aroix, en
Ave de América no. 7, Kohly, La Ceiba. Directorio de Cuba de 1927,
pp. 1269, 1266 y 1239 respectivamente. Para Ruiz Fuente ver p. 1272.
9.- Ave 1ra e/ Camino Real del Sur y Ave de Entrada, Country Club
Park. Directorio…, p. 1272.
10.- Archivo Nacional de Cuba (ANC), Gobierno Municipal de Marianao,
Ayuntamiento de Mariana, Actas, libro 3, folio ff. 366-367, acta
capitular del 9 de enero de 1911. La propuesta fue presentada a nombre
de los concejales Juan J. Herrera Márquez, Andrés Guerrero, Manuel
Pérez, Vicente Arana, Lino Suárez, J. Márquez, Camilo Armand, Genaro
Hernández y Liborio Pérez. Cf. Inclán Lavastida: Historia de Marianao,
p. 127, Ed. El Sol, Marianao, 1943.
11.- Ibíd., f. 225.
12.- Pablo Calzadilla. "Iniciativa plausible", El Sol, 12(26):1,
Marianao, domingo 27 de febrero de 1921. La moción presentada expresa:
A LA CÁMARA MUNICIPAL: // Considerando: que a pesar de haberse puesto
nombre a varias calles del Barrio de Redención y que a pesar de ello
todavía existen algunas que carecen de él, nombrándoseles Pasajes. //
Considerando: que el Dr. Gerardo Rodríguez de Armas, que fue
representante de la Cámara y el Sr. Francisco Sánchez funcionario
Público de grandes iniciativas por sus dotes individuales, //
Considerando: que ambos hicieron grandes defensas, por la aprobación
de la ley de 17 de diciembre de 1919, que tanto benefició a todas las
familias del Barrio de Redención. // El Concejal que suscribe,
propone: Se acuerde ponerles a dos calles de Redención de las que
carecen de nombres, el del Dr. Gerardo Rodríguez de Armas y Francisco
Sánchez, y así honraremos la memoria de los que en vida fueron dos
paladines por bien del pueblo.
13.- Dirección Municipal de Planificación Física de Marianao, B.
Lagueruela y Alfredo Colli (Ingenieros): "Plano del Reparto de la
Finca San José para la construcción de casas para obreros", Marianao,
enero de 1911.
14.- Emilio Roig de Leuchsenring: "Las calles de La Habana. Bases para
su denominación", Cuadernos de Historia Habanera, [s/p], Municipio de
La Habana, 1936.

Imágenes:
1.- Calle San Ramón no. 73, Camagüey.
2.- Calle San Ramón no. 68 antiguo, Enrique José Norte, 71 moderno. Camagüey.
3.- Tarja que distingue a la casa San Ramón no. 71, como Casa Natal de
Manuel Varona Suárez.
4.- Manuel Varona Suárez, Premio en el Congreso de Barcelona,
Colección: Galería de Cubanos Ilustres, Cigarros Cabañas, Universidad
del Sur de la Florida, en Tampa.
4.- "Plano del Reparto de la Finca San José para la construcción de
casas para obreros" Marianao, enero de 1911

sábado, 2 de enero de 2021

El Gran Marianao

INCLÁN LAVASTIDA Y LA FUNDACIÓN DE MARIANAO.
Marcos Antonio Tamames Henderson

El pasado 13 de diciembre de 2020 celebró Marianao el 300 aniversario
de su fundación, asentamiento que devino, en la primera mitad del
siglo XX, el núcleo urbano más importante del Gran Marianao, ese vasto
territorio que a partir del río Almendares sobrepasó el río Quibú para
abrazar a La Lisa, Arroyo Arena, El Cano, El Wajay y Jaimanitas.

Hasta 1976, tras un largo proceso histórico de la conformación del
espacio, pertenecieron a este municipio los moradores de Los Quemados,
Marianao y la Playa; los de Curazao, Los Pocitos, Coco Solo, Nogueira,
Los Ángeles, El Retiro, Larrazábal, Santa Felisa, Buena Vista,
Pogolotti, La Ceiba, Benítez, San Martín, Tamarindo, La Sierra,
Redención, Columbia, Alturas de Belén, Nicanor del Campo, Almendares,
Alturas del Bosque y Barreto; los de Kohly, Miramar, Querejeta, Club
Náutico, Country Club Park, Flores, Havana Biltmore, Eulalia, San
Patricio; y también los de la Lisa, Arroyo Arenas, El Cano, El Wajay,
los de Jaimanitas, Santa Fe y La Riviera entre otros.
Se trata de topónimos de barrios y repartos que se fragmentan y
complementan entre los siglos XVIII y la primera mitad del XX no solo
en conformación y reconformación de un espacio geográfico, sino
también de una identidad cultural. Para los habitantes de esos
espacios, por la particular microhistoria que los acompaña, la
fundación de Marianao reúne una connotación distinta.

¿Bajo qué argumentos defiende el historiador local, Fernando Inclán
Lavastida, la fecha para una celebración de la fundación de Marianao?
En el primer Cuaderno de Historia de Marianao (Oficina del Historiador
de la Ciudad, Marianao, 1961) reitera Inclán Lavastida la tesis
desarrollada en su Historia de Marianao (Ed. El Sol, Marianao, 1943):

No fue hasta el 13 de diciembre de 1720 que se echaron los cimientos
del más importante asiento de población del Marianao primitivo. Ese
día, el Director General de Indios, Cristóbal Zayas Bazán, se dirigió
por escrito al Cabildo de La Habana, en solicitud de que «en los autos
que a su pedimento tiene hecho sobre el paraje que llaman los Quemados
de Marianabo se le conceda un paraje realengo y a propósito para la
residencia de otros indios». [1]

Con firmeza el Historiador de la Ciudad indica, que para la
celebración de la fundación de Marianao se ha tomar el 13 de diciembre
de 1720 y es en base a ello que, en circunstancias de pandemia, se ha
recordado el 300 aniversario de la fundación de Marianao. ¿Cómo
entender entonces la opinión que al respecto envía a la Revista
BOHEMIA cuatro años después, en 1965 [2]? A fin de que pueda el lector
contextualizar el discurso de Inclán, en lugar de citar el 2do
párrafo, sustancialmente vinculado al tema, se transcribe la carta en
su totalidad:

Marianao, 11 de febrero de 1965.
"Año de la Agricultura".

Comp. Francisco Mota,
Revista BOHEMIA,
La Habana.

Compañero:

En la edición de la Revista BOHEMIA de 5 de febrero del año en curso,
en interesante Reportaje Especial "Centenarios de 1965", al referirse
a algunos hechos de trascendencia acaecidos en 1765, cita el caso de
la fundación del barrio de Los Quemados de Marianao, como ocurrido en
el mencionado año.

Ese dato es inexacto, pues Quemados de Marianao se fundó hacia 1730,
"a las dos bandas del Camino de Vuelta –Abajo" y ya en 1765 había
alcanzado categoría de Capitanía de Partido de Segunda Clase. Su
iglesia Parroquial se erigió en el mentado año de 1730, cuya fecha de
fundación lo atestigua el Libro Tercero de Bautismo y Defunción
comenzado el 10 de mayo de 1734, lo que hace suponer que los Libros
Primero y Segundo debieron haber consumido un espacio de tiempo nunca
menor de un cuatrienio.

Lo que informo a usted para su conocimiento y por si pudiera
resultarle de algún interés el dato que le remito.

Atentamente,

Fernando Inclán Lavastida.
Historiador de Marianao

Dirección: Regional de Cultura
100 y 43, Marianao.

La minuciosa lectura de los trabajos de Inclán nos aproxima a la
posible explicación en la diferencia de fechas. La de 1720 toma por
base una nota del acta capitular del cabildo habanero, la de 1730, la
construcción de una ermita en los Quemados de Marianao Nuevo. Si se
tiene en cuenta que la historia más reciente de las fundaciones de
ciudades cubanas, particularmente al calor de la celebración por el
500 aniversario, revela marcada diversidad en los puntos de partidas,
en la mayoría de ellos en pos de la mayor antigüedad posible, no es
del todo exclusivo de Marianao la polémica que puede generar ambos
textos. Sin lugar a dudas no escapa la fundación de Marianao al
desafiante problema planteado por Néstor García Canclini desde la
década del 80 del pasado siglo, el de "Los usos sociales del
patrimonio cultural". [3]

Sin embargo, el análisis de los contextos en los que se divulgan los
resultados de investigación podría ser la perspectiva para comprender
la diferencia entre ambas tesis. Desde su magna obra, Historia de
Marianao, Inclán se ha declarado un aficionado a la historia que sigue
el principio del historiador rumano Xenepol, el de trabajar "solo con
la verdad" para "ofrecer una imagen toda la exacta posible de la
realidad pasada para dilucidar la verdad de entre las nieblas
voluntarias o involuntarias que la rodean". [4] La referida "verdad",
al margen del análisis e interpretación de la información que consulta
el investigador, radica en el lugar de jerarquía que ocupa la fuente
documental que la contiene. La constancia de que el 13 de diciembre de
1720 el Cabildo de La Habana recibe la solicitud de Cristóbal de Zayas
Bazán para establecer un pueblo de indios en Quemados de Marianao, le
resulta una prueba infalible para tomar esa fecha como referente de la
fundación, más allá del tiempo necesario no solo para que sea aprobada
la misma, sino también el que exige la trasformación del espacio o la
construcción de elementos arquitectónicos y urbanos -monumentos- en
el que reconocer tejido social alguno.

La fecha de 1730, por su lado, se inserta en las reflexiones que
ofrece la sección "Esta es la Historia", entendida como "la real", que
sale a la luz en la Revista BOHEMIA cada viernes de la semana. En
1965, Inclán Lavastida no es ya el aficionado de la década del 40
empeñado en la construcción de la historia local de Marianao; en su
lugar, es el historiador admitido como Miembro Correspondiente de la
Academia de la Historia de Cuba desde julio de 1961. Los argumentos
que utiliza para precisar la fecha de fundación no tienen por base la
información tomada de un acta capitular del cabildo habanero, sino el
Diccionario Geográfico y estadístico de Jacobo de la Pezuela y la
interpretación de los datos recogidos en los libros parroquiales:
Su iglesia Parroquial se erigió en el mentado año de 1730, cuya fecha
de fundación lo atestigua el Libro Tercero de Bautismo y Defunción
comenzado el 10 de mayo de 1734, lo que hace suponer que los Libros
Primero y Segundo debieron haber consumido un espacio de tiempo nunca
menor de un cuatrienio.

Jacques Le Golf, especialista en historia medieval que consideró a la
historia como la forma científica de la memoria colectiva, distingue
dos tipos de materiales: los documentos, fruto de la elección del
historiador, y los monumentos, herederos del pasado. Nuestro Inclán,
haciendo uso del oficio, basa su 1ra tesis en los primeros y, como
indica Le Golf: el documento será el fundamento del hecho histórico a
finales del siglo XIX e inicios del XX, él se presenta "de por sí
como prueba histórica". [5]
De ambas fechas ha perdurado como referente de la fundación la de
1720, ya sea por ser la que otorga mayor antigüedad a los orígenes del
asentamiento poblacional, o por devenir de mayor arraigo en la
historia local. En cualquiera de las dos razones queda el desasosiego
de dejar al margen aquellos hechos y acontecimientos que,
protagonizados por grupos humanos originarios o inmigrantes de forma
anónima, ocuparon -y transformaron- esta hermosa región, una de las
más pintorescas de la Isla de Cuba entre los siglos XVIII y XIX.

Referencias:
1.- Apud. Marcos Tamames: "13 de diciembre, Quemados de Marianao a las
puertas de su 300 aniversario", Blog Cubarte, La Habana, 13 de
diciembre de 2019.
2.- "Carta a Bohemia", en Bohemia 57(12):105, La Habana, 19 de marzo de 1965.
3.- V.: Fran González Martínez: "Valor documental de la Sección de
Arte Chino del Museo Histórico Municipal de Centro Habana", p.11,
Licenciatura en Artes Plásticas. Perfil de Conservación, Restauración
y Museología (Trabajo de Diploma), Facultad Artes de la Conservación
del Patrimonio Cultural, Universidad de Las Artes (ISA), 2020.
4.- V.: Marcos Tamames: "Fernando Inclán Lavastida. El historiador de
Marianao I y II, Blog Cubarte, La Habana, 6 y 16 de julio de 2019.
5.- Jacques Le Golf: "Documento/Monumento", en El orden de la memoria,
p. 227, Ed. Paidós, Barcelona, 1991. La historiografía marínense tiene
en José Francisco Rodríguez y Rodríguez un historiador particular. Su
obra Historia el Distrito Municipal de Marianao (1884) combina los
documentos con los documentos, de ahí que tome como punto de partida,
en primer lugar, el torreón construido en 1640 en la punta saliente de
la playa y los "ranchos de pescadores y gentes de armas", y, en
segundo, la solicitud del presbítero don Cristóbal de Zayas y Bazán.
V. Marcos Tamames Henderson: "Quemados de Marianao. Un topónimo, dos
pueblos", en Blog Cubarte, La Habana, 17 de octubre de 2019.

Imágenes:
1.- "Marianao y su Progreso", en Bohemia, 57(49):105, La Habana, 3 de
diciembre de 1965. Intercepción de las calles Calzada de Columbia y
Avenida de la Paz (Actual Ave. 47 y Calle 28) a la salida del Puente
del Almendares.
2.- Edificación del siglo XIX, Calzada Real e/ Calle del Paseo y San
Carlos, Los Quemados (Actual Ave. 51 e/ 122 y 124, Marianao).
3.- Museo Municipal de Marianao. Fernando Inclán Lavastida: Historia
de Marianao, Ed. El Sol, Marianao, 1943.
4.- Biblioteca Nacional José Martí. José Francisco Rodríguez y
Rodríguez: Historia el Distrito Municipal de Marianao, Marianao 1884.
5.- Calle 100 esquina a 43, sede del Regional de Cultura en 1965.
Actual sede de la CTC Municipal.

lunes, 9 de noviembre de 2020

ANIVERSARIO 300 DE MARIANAO

HOMENAJE A MARTÍ EN LA CEIBA.

El próximo 13 de diciembre Marianao estará arribando a su 300
Aniversario, fiesta que celebra en relación con el día en que
Cristóbal Zayas Bazán, director general de indios, solicitó al Cabildo
de La Habana el paraje realengo "Quemados de Marianabo" para
residencia de indios. Nacía así, el 13 de diciembre de 1720, un
asentamiento poblacional que con el tiempo llegaría a convertirse en
núcleo de una de las más importantes ciudades de la Isla. En esta
fecha, incalculable resultan las páginas que apuntan al fomento
identitario de los moradores y forasteros que, en algún momento de su
devenir, estuvieron bajo la protección de este territorio.

El homenaje a José Martí en el barrio La Ceiba tiene por testimonio en
el busto emplazado por el Patronato Pro-Obra Martiana de La Ceiba y
Puentes Grandes el 28 de enero de 1945 en la triangular manzana
limitada por las calles San Lucas y Portela (Ave 53), San Pedro
Apóstol (Calle 52A) y Meléndez o Rodríguez (Calle 48A), según sus
primigenios nombres. Se trata de una obra que a partir del 28 de enero
de 1954 se enriqueció con otra construcción conmemorativa (una tarja)
en la que reza:
1853-1953 // El día 10 de octubre de 1953, honraron la memoria del
Apóstol José Martí, en la fecha de su centenario, los niños, vecinos y
demás instituciones de La Ceiba y Puentes Grandes por iniciativa
expresa de la Asociación Pro-Mejoras de los barrios de Ceiba y Puentes
Grandes.

Sin embargo, el homenaje al Héroe Nacional en este entorno encuentra
sólidos antecedentes en 1912, cuando en sesión del Ayuntamiento de
Marianao correspondiente al 29 de febrero, el concejal Manuel Sanjurjo
Golán propone sustituir los topónimos que identifican las calles San
Lucas y Portela, por el de José Martí, argumentando su propuesta en la
continuidad existente entre ambos ejes urbanos.
San Pablo y Portela, Martí, o Ave 53, es hoy un eje estructurador del
reparto Santa Catalina de Buena Vista en el barrio La Ceiba, senda en
la que, en paralelo a la Calzada de Marianao o Avenida 51, es de
morfología curva. Su punto de origen debió estar en su intercepción
con la calle San Pedro Apóstol (Gral. Asbert o 52A), desde donde se
extendió al Oeste, en post de la Línea del FC de Marianao, tramo que
mantuvo su nombre religioso, y al Este, hasta la Calzada Real de
Marianao (44), que fue reconocido con el nombre Portela. En su
trayectoria intercepta a las calles San Tadeo (48), Meléndez (58A),
San Pedro Apóstol (52A), San Pablo (58) y Santa Lucía (58B). Define el
límite norte del lote de terreno destinado a espacio público en el
reparto en las entrecalles San Pedro-Meléndez.

Los detalles que acompañan la moción del concejal indican que con
anterioridad había sido aprobado el nombre de Martí para el tramo
correspondiente a San Pablo, extendiéndose ahora al reconocido como
"Portela", hecho que silenciaría la diversidad cultural entre una y
otra zona urbana, obsérvese que se trata de nombres que responden a
horizontes culturales de diferentes ámbitos; el primero de ellos
subraya el catolicismo como factor modélico oficial de la cultura
colonial; el segundo, tiene raíz popular, probablemente al reconocer
en él a un vecino de reconocida connotación (histórica o
sociocultural) para la comunidad.

¿Resulta la moción de Sanjurjo un signo de civismo y patriotismo?
¿Cuánto de postura ética hay en ello? A fin de garantizar el
cumplimiento del acuerdo que sugiere, Sanjurjo ofrece: "que acordado
por el Ayuntamiento el cambio de nombres se compromete por su cuenta y
sin originarle gasto alguno al Municipio, colocar en las esquinas
correspondientes las tablillas con el rótulo de la calle", al tiempo
que solicita que se acuerde que una vez llevado a efecto el acuerdo
"se comunique al Registro de la Propiedad para que por el Sr.
Registrador puedan inscribirse las propiedades con el nombre de Martí,
en lugar de Portela o S. Lucas".

Por otro lado, documentos de archivo demuestran que el concejal Manuel
Sanjurjo ha construido dos casas de ladrillo y azotea en la calle San
Lucas; la primera, entre el 1ro de febrero y el 23 de abril de 1909,
en un solar que hace esquina con la calle San Pablo; la segunda, entre
el 15 de septiembre de 1911 y el 4 de marzo de 1912, en la de San
Pedro Apóstol, acontecer que le relaciona directamente con el eje y
su modernización en la primera década del siglo XX. En la sección de
Residentes del Directorio de Cuba 1927, Manuel Sanjurjo Golán es
vecino de Martí no. 18, en La Ceiba.

Según el Directorio de 1910, en San Lucas no. 5 radica el concejal
Manuel Pérez Padrón y, con el uso del topónimo Portela, sin precisar
el número del inmueble, Joaquín Sigarroa, Médico Municipal. Ambas
figuras profundamente vinculadas al progreso social y científico de
Marianao.

En 1927, el Directorio de Cuba informa que en el inmueble no 1 Vicente
Martínez posee una compañía de mudanzas llamada "El Rastro"; en el no.
17, Juan Rodríguez tiene una fábrica de pañales; en el no. 19, Ángel
Granda es dueño de la bodega "El Tratado"; en el no. 26, Mariano
García, posee una hojalatería y en el 56, radica el médico Ignacio
Herrera Franchi.

La propuesta de Sanjurjo ha de verse en dos dimensiones: Por una lado,
desde lo ideológico, habitar en la calle José Martí en lugar de San
Pablo o Portela, no solo revela en los primeros años del siglo XX amor
patrio, sino también filiación en los ideales culturales de entonces.
Por otro, hay en la rescritura del nombre de dichas calles una
inscripción a la modernidad en su connotación urbana, en tanto en
lugar de dos calles que rememoran horizontes culturales distintos,
tendrá La Ceiba un eje de mayor longitud, jerarquía que reafirma el
hecho de que sirva de límite al parque central de la localidad.

En 1954, durante la alcaldía de Francisco Orúe González, la toponimia
urbana de Mariana se unifica bajo el principio de la numeración de
calles y avenidas, hecho que si bien la inscribió en la categoría de
"ciudad moderna y grandiosa", nuevamente silenció las huellas de un
testimonio cultural de la localidad de incalculable valía patrimonial.
Para bien de la memoria histórica quedan allí, en el antiguo centro
del barrio La Ceiba, las obras conmemorativas que en homenaje a Martí
dejaron en diferentes momentos históricos, los moradores de La Ceiba y
Puentes Grandes. Ante estas obras rinden tributo al Apóstol los
estudiantes y maestros cada 28 de enero.

HOMENAJE A MARTÍ EN LA CEIBA.

ANIVERSARIO 300 DE MARIANAO