martes, 26 de junio de 2012

El Museo Agramonte en la Exposición de la Feria Ganadera 2012

Con un fin absolutamente comercial en una de las más grandes haciendas
de la villa en el XVII o en el entorno de la Plaza de Beatriz de
Méndez en el XVIII y con una dimensión cultural insospechada en el
Casino Campestre en los siglos XIX y XX, las ferias ganaderas de
Camagüey constituyen un importante mosaico de su memoria. Producción,
comercialización, tradición e interés por el progreso de la "patria
chica" se entrelazan con una de las fiestas más populares de la
región: el San Juan Camagüeyano.
Poseer las más puras y productivas de las razas ganaderas en la isla y
obtener una medalla, trofeo o galardón en una de las ediciones de la
Feria Ganadera, apenas es una intención, un propósito, o una
satisfacción del productor; en su connotación cultural y entorno a
ello, se muestra el trabajo artesanal de los talabarteleros, el arte
de los herreros que personalizan el hierro de marcar las reses, el
estribo por el que se ha de montar a caballo, o el cencerro que
servirá de guía al montero. Hay, en ese mundo de festividad, un goce
estético para diseñar cada elemento que gira en torno a la Exposición
de la Feria Ganadera y ninguno puede quedar olvidado, de hecho, cada
edición será un desafío para sus organizadores, que se empeñarán en
enriquecer la muestra con lo mejor del "país", como se llamaba
entonces a la villa.
En función de recordar esa cultura, el Museo Provincial Ignacio
Agramonte ha traído a este espacio un conjunto de piezas o exponentes
de sus colecciones; evidencias de ese importante eslabón en la memoria
del Camagüey y sus habitantes: fotografías, montura, estribo,
cencerro, medallas, cintas de feria, tijeras para cortar tarros y
trofeos, son obras referentes de una sólida cultura a la que es
preciso penetrar.

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